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Mi otro activo es un Ferrari

Los inversores ricos pueden generar mayores ganancias a través de la compra de automóviles de alta velocidad o de vinos finos, pero tiene su riesgo

El texto original puede ser encontrado en este enlace:
My other asset is a Ferrari | Money | The Sunday Times (thetimes.co.uk)

¿Está harto de que su dinero o de que sus inversiones bursátiles le generen unos míseros rendimientos? ¿Y si en cambio invierte en un Ferrari clásico o en un Aston Martin? De acuerdo con un estudio que analiza las denominadas «inversiones pasionales» realizadas por las personas más ricas del mundo, el valor de los automóviles clásicos creció un 332 % entre los años 2005 y 2016.

El estudio, publicado por la banca privada británica Coutts, observó que las monedas raras y los vinos finos subieron un 225 % y un 153 % respectivamente. En contraste, el retorno total del índice FTSE 100 alcanzó alrededor de un 130 % en el mismo período…, pero solo para aquellos que reinvirtieron todas sus ganancias.

Los «activos alternativos» —esos activos que no entran entre las categorías tradicionales de acciones, bonos o bienes comerciales—, pueden ser otra alternativa para la diversificación de su portafolio, puesto que el valor de estos activos no se corresponde a los movimientos más amplios de la bolsa. En 2008, durante la crisis financiera, el índice de automóviles clásicos  de  Coutts  alcanzó el  11,4 %, mientras que el FTSE 100 bajó a casi un 30 %.

Los expertos dicen que estos activos alternativos son muy riesgosos y que son más apropiados para aquellos inversores que tengan ya dentro de su portafolio activos más tradicionales, como acciones, bonos, dinero en efectivo y propiedades. Además, por no estar regulados, los inversores no pueden recurrir a las compensaciones respaldadas por el gobierno, las cuales protegen el dinero de las personas en el dado caso de que la casa de bolsa colapse.

Otro problema es que el mercado de estos activos es ilíquido, es decir, que es posible que usted no pueda venderlos cuando lo desee. Tampoco generan ingresos, aunque, por otro lado, tendría el placer de conducir su propio Ferrari o de admirar su obra maestra antigua sobre la chimenea. También hay que tener presente que almacenar y asegurar este tipo de activos puede ser costoso.

Los instrumentos musicales raros —según el reporte de la Coutts—, fueron los que presentaron un mejor rendimiento el año pasado alcanzando el 16,6 % tras su caída del 11 % en 2015. Los vinos finos gozaron de una buena racha desde el 2005 hasta el 2011 debido a la entrada de los compradores chinos al mercado, para luego depreciarse drásticamente entre el 2011 al 2015 tras la retirada de estos mismos compradores. Sin embargo, los precios se han recuperado en los últimos dos años, llegando a alcanzar casi el 27 %.

La categoría de monedas raras es la única que ha registrado un incremento de precio anual desde 2005. En promedio, el aumento ha sido de más de 11 % por año, según el reporte de la Coutts. En el otro extremo de la escala, las alfombras y los tapetes se depreciaron fuertemente hasta caer un 21 % en promedio desde 2005. Aquellos que invirtieron en obras maestras antiguas y arte del siglo XIX resultaron aún más afectados al desplomarse los precios hasta el 42 %. Sin embargo, el arte de posguerra y la contemporánea subieron un 64 % durante ese período al igual que las obras de arte  tradicional  chino  que  subieron  un 95 %.

Original text

My other asset is a Ferrari

Wealthy investors can rev up their returns by buying fast cars or fine wine, but that can be risky

Are you fed up with the paltry returns on your cash or stock market investments? How about investing in a classic Ferrari or Aston Martin instead? The value of classic cars rose by 332% between 2005 and 2016, according to an analysis of so-called passion investments made by the world’s richest individuals.

The report, published by the private bank Coutts, found that rare coins and fine wines soared by 225% and 153% respectively. By contrast, the total return on the FTSE 100 was up about 130% over the same period — and that’s if you reinvested all your dividends.

Alternative assets — investments that do not fit into the normal categories of shares, bonds or commercial property — can be a good way to diversify your portfolio as their value does not correspond to wider stock market movements. In 2008, during the financial crisis, the Coutts classic car index rose 11.4% while the FTSE 100 dropped almost 30%.

Experts say alternative assets are highly risky and best suited to those who already hold more traditional assets such as shares, bonds, cash and property. They are also unregulated, so investors cannot fall back on government-backed compensation schemes, which protect people if the firm holding their money collapses.

Another issue is that the market in the assets is illiquid, meaning you may not be able to sell up when you want to. Nor do they produce any income — although you may get pleasure from driving your Ferrari or admiring the Old Master above the mantelpiece. Bear in mind that it can also be expensive to store and insure these assets.

Rare musical instruments were the best performers last year, rising 16.4%, according to the Coutts report, although this followed an 11% fall in 2015. Fine wines had a good run from 2005 to 2011 as Chinese buyers emerged, then went on to perform badly between 2011 and 2015 as the same buyers withdrew from the market. However, prices have come back over the past two years, rising by about 27%.

Coins remain the only category to have registered rising prices in every year since 2005. On average the increase has been more than 11% a year, Coutts reported. At the other end of the scale, rugs and carpets performed especially badly, with prices falling by 21% on average since 2005. Those who invested in Old Masters and 19th-century art did even worse, with prices plunging by 42% — although post-war and contemporary art was up by 64% during the period and traditional Chinese works of art by 95%.